Los conejos domésticos proceden del conejo silvestre, Oryctolagus cuniculus. Se popularizaron como animal de compañía en el siglo XIX y actualmente se les considera la tercera mascota en Europa.
Son animales agradables y bonitos y que son fáciles de convivir con humanos, necesitan pocos cuidados y poco espacio para su mantenimiento por lo que mucha gente se ha decantado por este tipo de mascotas.
Son animales sociales, que viven en grupos estables de 6 – 8 conejos, con una marcada jerarquía. Los machos suelen pelearse por la dominancia y las hembras se vuelven agresivas para defender su territorio. Para ellos utilizan la orina y las heces para el marcaje. Son preferentemente nocturnos y tienen mayor actividad ente el crepúsculo y el amanecer aunque suelen salir a jugar y comer durante el día. Mantienen un estado de alerta permanente porque son presas.
Son herbívoros estrictos y les gustan las partes blandas y suculentas de las plantas., por lo que realizan el pastoreo y la cecotrofia. Los incisivos y los molares son arradiculares por lo que al no tener raíz, los dientes tienen un crecimiento contínuo.
Realizan dos mudas al año, en primavera y en otoño.
La vida media del conejo doméstico está entre 5 – 10 años.
Por su tamaño y peso pueden dividirse en:
– Razas enanas: 800 y 2kg
– Razas medianas: 2- 3 kg
– Razas gigantes: 3 – 10 kg (conejos gigantes de Flandes)
Su temperatura corporal se encuentra entre los 38 y 39,5ºC siendo muy sensibles al calor ya que no son capaces de sudar y eliminan poco calor con la salivación y el jadeo. Utilizan sus grandes orejas para controlar la temperatura y que representan el 12% de la superficie corporal.